4ª Jornada Científica de la Asociación de Celíacos de Europa

Publicado el 22 de Octubre de 2025
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La Asamblea Anual que celebra la Asociación de Celíacos de Europa (AOECS) estuvo precedida por la 4ª edición de una jornada científica destinada a mostrar las novedades más relevantes del último año y a la presentación de resultados de investigación por parte de las asociaciones de pacientes. La cita tuvo lugar en Bruselas el pasado 17 de octubre.

El encargado de hacer un repaso actualizado de la enfermedad celiaca (EC) fue el Dr. Carlo Catassi, uno de los pediatras e investigadores clínicos más reputados a nivel internacional, quien desarrolla su carrera profesional en la Universidad Politécnica de las Marcas, en la ciudad italiana de Ancona. En su intervención destacó que la EC es una patología frecuente que se puede presentar a cualquier edad y que tiene un carácter autoinmune y camaleónico. Su base genética está bien definida y se dispone de biomarcadores altamente sensibles y específicos para su correcto diagnóstico.

La prevalencia se sitúa, en promedio, en el 1-2% de la población general, con variaciones regionales que llegan a alcanzar el 5-6% en zonas como el Sahara Occidental. Los estudios multicéntricos de cribado de la EC llevados a cabo en Italia han detectado que afecta al 1,63% de la población infantil. De ellos, un 35% habría podido ser detectado por presentar síntomas de sospecha, un 38% por pertenecer a grupos de riesgo, mientras que el 27% restante sólo podría detectarse con programas de cribado de la población general, al no presentar síntomas de sospecha ni pertenecer a ningún grupo de riesgo que hubiese justificado su estudio.

Datos como estos apoyan la necesidad del cribado de la EC en la población general y es precisamente Italia el primer país del mundo en aprobar una ley para llevar a cabo un cribado de este tipo en población pediátrica, en una estrategia combinada de detección precoz de la EC y la diabetes tipo 1. Ambas comparten los mismos factores genéticos HLA de riesgo, y será el estudio genético la primera prueba a realizar, para después continuar con los controles serológicos de anticuerpos en los casos con predisposición genética, que representan el 30-40% de la población total según las estimaciones.

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El Dr. Catassi afirma que ha sido indispensable la implicación de los políticos para lograr la aprobación de esta ley, que se ha conseguido en un tiempo récord de 6 meses, con amplio consenso de los grupos políticos, algo igualmente meritorio dada la polarización que vive el Parlamento italiano en los últimos tiempos, según comentó también. La campaña se ha iniciado este año y se prevén en principio dos controles analíticos en los casos con resultado genético HLA positivo, el primero a la edad de 5-6 años y el segundo hacia los 10, con lo que esperan detectar a más del 95% de los casos de EC.

Los problemas a los que se enfrentan actualmente los pacientes tienen que ver sobre todo con las comidas fuera de casa, una práctica cada vez más común. La oferta de productos sin gluten es cada vez mayor y se requiere un control especialmente en pequeños fabricantes y productores. Por otro lado, está conocer el impacto de los productos ultraprocesados, que poco a poco van dominando el mercado, en la salud de los consumidores (con o sin EC), y también es necesario determinar el impacto real de la ingesta de pequeñas cantidades de gluten, algunos pacientes parecen reaccionar ante ingestas que se encuentran dentro de los límites legales, sin perder de vista las conocidas limitaciones de los métodos analíticos de gluten en alimentos.

En cuanto a los factores ambientales relacionados con la aparición de la EC, el tipo de parto, la lactancia materna y la edad a la que se introduce el gluten en la alimentación infantil están descartados. No está claro si factores prenatales pueden influir y es probable que factores como las infecciones tempranas y la microbiota intestinal sí tengan algún papel. Sobre la cantidad de gluten que se consume en las primeras etapas de la vida, una baja cantidad no tiene ningún impacto y una alta cantidad parece sí tenerlo, aunque está por confirmar.

Conocer los factores determinantes de la EC es vital para establecer posibles estrategias de prevención y de ello habló la Dra. Luisa Mearin, Catedrática Emérita de Pediatría en la Universidad de Leiden, en Países Bajos, quien lideró el proyecto europeo PreventCD, desarrollado entre 2007 y 2011 para evaluar si la edad de introducción de gluten en bebés con predisposición genética y la lactancia materna modificaban el riesgo posterior de desarrollo de la EC. Se comprobó que no, pero el estudio arrojó, y sigue arrojando, importantísimos datos que permiten conocer mejor esta enfermedad.

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944 bebés fueron reclutados para el estudio en 9 países europeos. Todos ellos tenían algún familiar con EC (entre sus padres y hermanos) y genética HLA de riesgo. A la edad de 4 meses se les pautó gluten y placebo, según el grupo al que fueron asignados al azar, y a la edad de 6 meses todos siguieron la pauta de alimentación infantil habitual. Seguidos hasta la edad de 10 años, 135 participantes desarrollaron la EC, lo que supone una prevalencia del 14% en este grupo de riesgo con genética positiva y familiar con EC. La edad media de diagnóstico fue 4 años, revelando que la aparición de la enfermedad ocurre sobre todo en la primera infancia.

Fue una desilusión comprobar que el porcentaje de afectados fue similar en ambos grupos de estudio y que el tipo de lactancia o su duración tampoco tenían ninguna influencia. Sin embargo, se comprobó que la elevación de anticuerpos IgA antitransglutaminasa en sangre es un buen predictor de la enfermedad, y que la presencia de dos copias de la variante de alto riesgo HLA-DQ2 incrementa mucho las posibilidades de desarrollo de la EC frente al resto de posibles combinaciones genéticas de riesgo. La incidencia acumulada de EC a la edad de 8 años fue del 35% para la combinación de alto riesgo, quedándose en el 18% en el resto.

Ese riesgo incrementado fue más notable en niñas, y es que la diferente prevalencia por sexos es ya patente a edades muy tempranas, con más niñas que niños afectados, algo sorprendente ya que la mayor prevalencia en el sexo femenino solía atribuirse a factores hormonales que son algo más cuestionables cuando se trata de bebés. El proyecto sigue vivo, aún hay datos por analizar y nuevos resultados por conocer, hasta la fecha ha dado lugar a 13 tesis doctorales y a 43 publicaciones científicas desde su inicio hace ahora 18 años, permaneceremos atentos.

La jornada se cerró con la participación de la Dra. Deanna Kelly, psiquiatra experta en neurobiología que investiga la influencia de la alimentación en enfermedades mentales en la Universidad de Maryland, en Baltimore (Estados Unidos). En relación con el gluten, sus investigaciones con ratones han demostrado que el aumento de peso tras una dieta rica en grasas es mayor si se acompaña de gluten, y que la ingesta de gluten cuando la dieta es baja en grasas conlleva un aumento de biomarcadores de inflamación.

Si se analizan anticuerpos antitransglutaminasa en sangre en pacientes psiquiátricos sin diagnóstico previo de EC, se confirma la EC en el 3,2% de los casos con depresión o trastorno bipolar y en el 1,8% de los casos con esquizofrenia. La cifra se sitúa en 2,3% en personas sin diagnóstico psiquiátrico.

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Profundizando en la relación entre el gluten y las enfermedades psiquiátricas, expuso los resultados de un estudio en el que se realizaron las pruebas de diagnóstico de la EC a 3031 pacientes psiquiátricos que presentaban predisposición genética HLA, confirmándose la EC en 148 (4,9%). De ellos, 40 se enrolaron en un ensayo clínico que consistió en seguir consumiendo gluten durante 1 año, o bien en iniciar la dieta sin gluten, según el grupo, para evaluar la evolución de los problemas psiquiátricos. La mejoría más notable se detectó en los casos de ansiedad, que fue de hecho el síntoma psiquiátrico que mejor predice la EC, estando presente hasta 5 años antes del diagnóstico de la EC.

La Asociación contribuyó a esta jornada científica con 3 casos clínicos que ilustraban causas insospechadas de no mejoría a pesar de la dieta sin gluten, lo que se conoce como EC no respondedora. Se trata de 3 ejemplos de los muchos que consultan con el servicio de revisión de la dieta sin gluten de la Asociación por persistencia de síntomas, anticuerpos o lesión intestinal. En este servicio se evalúan los hábitos de consumo dentro y fuera de casa, el tipo de alimentos que se ingieren, la cantidad y la frecuencia, en busca de posibles errores o factores que expliquen la falta de mejoría. El abuso de productos manufacturados y el consumo de alimentos sin gluten elaborados con avena o con ingredientes que en origen contenían gluten, como la cerveza sin gluten elaborada a partir de cebada o alimentos sin gluten que incluyen como ingrediente almidón de trigo sin gluten, están detrás de esta falta de mejoría en muchas ocasiones. Pero también la existencia de problemas digestivos adicionales, como la presencia de un parásito intestinal en uno de los casos presentados, pueden explicar la ausencia de mejoría. Es importante, por tanto, restringir ciertos alimentos o incluso realizar una dieta sin gluten ultra estricta para lograr la plena recuperación, además de investigar posibles problemas de salud digestiva que solapan con la EC.


Autor: Juan Ignacio Serrano Vela. Doctor en Biología. Servicio de Investigación de la Asociación.

 

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